domingo, 12 de julio de 2009

La diosa de la madre Tierra

Desde el punto de vista astrológico sabemos que el cielo está dividido en doce sectores y que cada sector tiene un contenido simbólico distinto y particular. En el signo de Cáncer era muy relevante el simbolismo y los arquetipos asociados a la Luna, en Leo se manifiesta con más nitidez el arquetipo solar y en Virgo -aquí puede haber discrepancias- se expresa el modelo terrenal.

La Tierra es el planeta madre que nos alberga. Desde un punto de vista general, se distingue de los demás cuerpos celestes de nuestro sistema porque en su corteza aparece el fenómeno de la vida orgánica e inteligente.

La Tierra es otro planeta más en cuál temporalmente residen nuestras almas encarnadas, la Tierra es otro cuerpo celeste del sistema planetario cuyo significado simbólico se puede asociar con el arquetipo de Isis -la madre de la naturaleza en la cultura egipcia- luego enlazaremos este modelo con la Démeter de los griegos y Ceres de los romanos, hasta asociarla con las vírgenes negras de la mitología cristiana.

Para los antiguos Isis era una representación de la tierra fecunda y cultivada, era el modelo del amor a la vida, la virgen madre que otorga vida y salud a los humanos. Su mito relata que ayudó a los hombres en su obra civilizadora enseñando a las mujeres a moler e1 grano, hilar el lino y tejer las telas; enseñó a curar las enfermedades y los acostumbró a vivir en familia, instituyendo para ello el matrimonio.

Con la expresión de que: "Cada ser vivo tiene una gota de sangre de Isis" se quiere recordar esa maternalidad de la naturaleza en todos los seres vivos del planeta, incluyendo al ser humano. Plutarco nos cuenta en su relato que el hermano mayor de Isis, Osiris, la eligió como esposa; desde entonces se sentó a su lado en el trono de los vivientes. Durante la ausencia de su esposo, que había marchado pacíficamente a conquistar el mundo, Isis gobernó con prudencia como regente.

Osiris fue muerto y descuartizado por su hermano Set, -el genio del mal-, que fragmentó su cuerpo en numerosos pedazos (recordándonos la explosión y posterior fragmentación del planeta Faetón, - hoy día es el cinturón de asteroides-) y los escondió dispersándolos por los puntos más recónditos del mundo.

Isis buscó hasta hallar los preciosos despojos que pacientemente unió de nuevo y, con sus prácticas mágicas consiguió reanimarlo lo suficiente para concebir un hijo de éste, por lo que también representaba a Isis con un niño en los brazos, asociándose siglos después con las vírgenes negras precristianas. Estas virgenes, como la antigua Isis recibían culto en lo más profundo y femenino de la tierra, como es el caso de la Virgen negra de Montserrat, que recibe culto en el interior de una caverna, o como ocurre igualmente con la Virgen negra de Notre Dame de Meymac.

El arquetipo de Isis no es otro que el que nos ha trasmitido la Iglesia romana con el nombre de la Virgen Maria, la Virgen madre, asociándose con su domicilio en el signo zodiacal de Virgo, la Virgen.

El antiguo modelo, el de Isis habla de si misma con estas palabras: " Yo soy la madre y la naturaleza entera, señora de todos los elementos, origen y principio de todos los siglos, divinidad suprema, reina de los “manes”(1), primera entre los habitantes del cielo, tipo único de dioses o diosas."

(1) Los Manes o manus, según H.P.Blavatski, son la idea personificada del pensamiento divino; siendo cada uno de los Manús, el dios especial, el creador y modelador de todo cuanto aparece durante su ciclo respectivo de existencia, o Manvatara. Los Manús representan ciclos evolutivos, biológicos y geomorfológicos que los hombres han podido ir constatando a lo largo de milenios.

A Isis se la representaba con un tocado formado por dos cuernos de bóvido entre los cuales se interpone un disco. Su animal sagrado era la vaca, - recordándonos su otra regencia en el signo zodiacal de Tauro.-.

Sus vestiduras, según Apuleyo, estaban tejidas con lino de extremada finura y estaban teñidas de toda clase de colores variados y mezclados, como el color amarillo variado de las espigas maduras de los sembrados, asociándose con la época de las mieses, el tiempo de cosecha y recolección de los cereales, época de Virgo donde Isis (la Tierra) tiene su domicilio diurno. En otras ocasiones sus ropas se inflamaban de color púrpura rosado de las tierras fértiles primaverales coloreadas por las amapolas, - en clara referencia a su otro dominio de Tauro donde tiene su domicilio nocturno-. Las vestiduras de Isis también adquirían la centelleante blancura de la nieve que cubre los campos en concordancia con su exaltación en Acuario.

Este mismo arquetipo o divinidad, fue identificado por los griegos como Démeter, y más tarde como Cibeles en la mitología céltica. En el mito griego se relata que: El Dios-padre (Zeuspiter, Júpiter o Zeus) tenía a su lado una Diosa-madre (deus mater) Demeter, Ceres o Cibeles, de esta madre común, la Tierra generadora, nacen los seres humanos, los animales y las plantas. Démeter de los griegos, Ceres de los romanos o Cibeles céltica nos hablan del mismo modelo, de la misma divinidad y siempre se refieren a la madre Tierra.

Para los griegos  Démeter, era también una representación de la tierra fecunda y cultivada, - fecunda en Tauro y, cultivada en Virgo - apareció como la diosa de los frutos y los bienes que procura la agricultura. Fue principalmente la diosa de los granos y los frutos. Favorecía las labores agronómicas y la siega.

En las antiguas representaciones aparece con un vestido que le llega hasta los pies, con un velo ( el velo de Isis) que le cubre la cabeza, mientras que en otras imágenes lleva una corona de espigas o ciñe sus sienes con una cinta. Sus atributos son; el cetro, un haz de espigas, una antorcha y el conocido velo.

El símbolo del cetro significa poder y autoridad; la antorcha es símbolo de purificación, de iluminación o de transformación y también lo es de búsqueda de indagación.

Las espigas en una primera interpretación representan a la estrella más brillante de la constelación de Virgo, Spica, la espiga y simboliza el hijo que surge de la tierra, es símbolo de crecimiento y fertilidad, a la vez alimento y semilla, también simboliza el ciclo natural de la muerte y el renacimiento.

El velo, que es el símbolo más particular, nos habla de cosas ocultas, de secretos. Representa la tentación de desvelar, de conocer, es la incitación al conocimiento. "Un hombre consiguió levantar el velo de la diosa. ¨Pero que vio? Vio el milagro de los milagros; a él mismo" La retirada del velo o de los velos sucesivos de esta divinidad, representan la revelación de la luz. Conseguir levantar el velo, significa hacerse inmortal.

En el mito celta, a Cibeles, se la representaba acompañada de dos leones - tal como se representa en la plaza del mismo nombre en Madrid -. Los dos leones representan a la segunda potencia creadora del segundo signo zodiacal, Tauro.

El santuario más antiguo levantado en su honor en Didimo estaba situado en el interior de una caverna. Su relación con lo profundo de las cavernas se repite en el mito de Démeter y en el culto a las vírgenes negras precristianas. Por ello como decía antes, se pueden asimilar todos estos modelos a uno mismo, llámese Démeter, Cibeles, Isis o Virgen de Montserrat, en todos los casos se trata de la misma divinidad de la naturaleza, considerada como mujer, por ello también la llamaban la " Diosa de infinitos nombres". - En la caverna de Dindimo, como en la de Montserrat, se hallaba una primitiva imagen tallada en piedra negra " caída del cielo ", posiblemente procedente de un aerolito.-

En sus leyendas se la describe como una mujer de hermoso rostro, con un punto de severidad, que apenas lograba disipar su cabellera, rubia como las espigas maduras .

Poseidón (Neptuno) la cortejó, pero el pisciano no fue de su agrado, sin embargo, el dios del engaño logró metamorfosearse y unirse a ella. De esta unión esporádica e irrepetida, nació en caballo Arión (1). Démeter tomó este asunto como una grave ofensa que le llevó el Olimpo y refugiarse en lo más profundo de la tierra. Fue la intervención de Zeus quién la obligó a regresar a la morada divina. Zeus a su vez también la hizo objeto de sus amores y Démeter opuso la misma resistencia, pero el señor de los dioses logró seducirla metamorfoseándose en toro. De nuevo aparece esta relación o preferencia por el Toro o el signo zodiacal de Tauro. De esta unión nació Core la joven, que luego será Prosepina esposa de Hadés. Regente del signo opuesto, Escorpio.

En la leyenda de Démeter también se cuentan otros romances, se unió al héroe Jasión en las barbecheras de un campo fértil, de donde nació Pluto, representación de la riqueza.

Después del rapto de su hija, peregrinó ataviada con un velo negro en su busca. En estas peregrinaciones llegó a Eleusis donde se instituyeron las fiestas en su honor con los misterios eleusinos.

-Los misterios eleusinos estaban asociados al ciclo de las estaciones de año al crecimiento de los cereales y de la vegetación en general, se relacionaba con el misterio de la vida, de la muerte y de la otra vida.

Estas fiestas se celebraban en dos fechas clave; los misterios menores en primavera (Tauro) como ritos de iniciación, o los misterios mayores al final del verano (Virgo). Estos dos dramas se centraban entorno al rapto de Perséfone que fue llevada a los infiernos. " Su afligida madre, Démeter, iba de aquí para allá en su busca llevando una antorcha encendida para alumbrar las grietas profundas de la tierra, por donde podía haberse hundido. Era tanta su pena que dejaba de hacer fructificar la tierra, hasta el extremo de producir el hambre universal.,"


Disfrazada de vieja llegaba finalmente a Eleusis. Allí se encontró con las hijas del rey Keleos quienes la llevaron a su casa, donde se convirtió en niñera de Demofonte, el hermano menor de aquellas niñas e hijo pequeño del rey.

Démeter empezó la tarea de hacer inmortal a Demofonte, alimentándolo secretamente con ambrosia, el alimento de los dioses, durante el día, y poniéndolo por la noche en la hoguera para eliminar su mortalidad. Interrumpida esta operación por la madre, aterrorizada de ver a su hijo entre llamas, Démeter revelaba su identidad. Entonces abandonó sus intenciones de hacer
inmortal a Domofonte, pero antes de abandonar el palacio ordenaba al pueblo de Eleusis que le construyesen un santuario en la colina, junto a la " fuente de la virginidad ", donde había encontrado a las hijas de Keleos.

En esa fuente debían celebrarse los ritos que enseñó a sus adoradores, para conseguir la inmortalidad de todos los que fuesen iniciados en aquellos misterios.
El objetivo principal de aquellos dramas litúrgicos era la renovación de la vitalidad como un proceso de regeneración. En otro sentido se trataba de un festival agrario centrado en la diosa de la fertilidad, que era al mismo tiempo la dispensadora de la inmortalidad, pero con el transcurso de los tiempos se convirtió en un misterio esotérico de muerte y resurrección.

Tanto en el mito de Démeter como en el de Isis aparecen las mismas características; la búsqueda incesante de Isis tras los despojos de Osiris o de Démeter tras su hija, en ambos casos muestra de nabera clara un arquetipo de búsqueda, investigación o indagación que imbuirá a las personas que estén próximas a este modelo divino.

De esto mitos se puede extraer rasgos que identificará a las mujeres influidas por este arquetipo de Isis, Démeter, Ceres o Cibeles, pues siempre serán mujeres con un talante perquisivo, es decir, de gran curiosidad, inclinadas a investigar sobre el origen y funcionamiento de las cosas. También les hace ser reverentes, por ello, la mujeres influidas por este modelo, ya sean Virgo, Tauro y posiblemente Acuario, sienten en su espíritu un gran respeto hacia la autoridad, la fama y la posición de los demás, o hacia aquellas cualidades que cree dignas de admiración.

El arquetipo les facilita el desarrollo de un temperamento investigador que les lleva a escudriñar las cosas y a las personas para ver si tienen algo interesante o algún defecto. Esta influencia se nota en las buenas facultades para analizar las partes componentes de un todo y para llegar a recomponer o reparar cosas valiéndose de esa facultad.

El modelo tambien tiene un contenido humanista muy importante, pues actúa de manera que se sienta conmovida ante la desgracia y las necesidades reales de los demás a los que ofrece su ayuda, tratando siempre de ser útil y poniendo sus conocimientos al servicio de otros. Prudente, comedida, tiene de la realidad una visión sin exageraciones ni extremismos, por lo que se convierte en la conversadora y consejera ideal. No es amiga de ningún derroche, ni físico, ni psíquico, ni económico. Mesurada en todo, sus medios siempre están proporcionados al fin que persigue.

Es respetuosa en el trato y siempre tiene un tinte de pundonor. Carece de orgullo y vanidad, mas bien peca de una infravaloración de sus capacidades y cualidades que le hace mantenerse en segundo plano. Esto le permite huir de cargas y responsabilidades, que podría asumir con perfecta aptitud, y le faculta para poder apreciar los puntos de vista y opiniones ajenas.

El modelo de Isis, Démeter, Ceres o Cibeles quizás el más apreciado y valorado de los arquetipos femeninos.